La mercantilización de la información

 

La aparición de la competencia televisiva en la década de los 90 tuvo como resultado, casi inmediato, la mercantilización de la información. Este fenómeno afecta a todos los medios de comunicación y está originando cambios en los criterios de noticiabilidad y el newsmaking, e, incluso, ha dado pie a la creación de un nuevo género informativo resultante de la hibridación de información y entretenimiento, el llamado infoentretenimiento; en el que prima la visión humana del hecho noticioso. El cambio sobre la concepción de la información también se refleja directamente en la jerarquización de las noticias y el tiempo asignado a cada pieza. Por lo que respecta a los temas políticos, cambian los enfoques y la estructura de las noticias tendiendo a la personalización o, por extensión, a la espectacularización.

 


Nos encontramos inmersos en una fase de la comunicación televisiva en la que no sólo debe estudiarse por qué el periodista cuenta determinadas cosas ni cómo las recibe el destinatario, sino también la huella que la información deja en el hecho y en la opinión pública; puesto que los programas de televisión dan información y crean opinión pública, además de influenciar los actos de los ciudadanos de las sociedades democráticas.

Cada medio se rige por unos parámetros diferentes para establecer cuáles son sus criterios de noticiabilidad, es decir para decidir qué merece ser transmitido a la audiencia y qué no, de acuerdo a unos valores e ideología determinada. Las nuevas necesidades de la audiencia influyen directamente en la concreción de las pautas de los criterios de noticiabilidad que automáticamente cambian para adaptarse a la nueva visión informativa. El gatekeeper debe seleccionar, tematizar y jerarquizar los hechos que considere noticiosos, es decir, debe decidir diariamente entre una infinidad de temas cuáles confeccionarán la escaleta de su informativo y el orden de jerarquización de las piezas, cuanto más relevante considere que es un hecho más arriba estará situado en la escaleta. De entre todos los temas posibles, deberá elegir un número determinado para cada sección del informativo (economía, política, sociedad, internacional…), tratando de hacerlo de forma equitativa, aunque los deportes, los sucesos y los temas sociales acaben copando la mayor parte del tiempo de emisión en casi todos los informativos. Debe escoger las noticias que interesen a su audiencia, pues al fin y al cabo, según afirman los gestores de los medios de comunicación, es la audiencia la que en última instancia decide la vida de los programas, es decir, “con su veredicto crean el mercado de programas”.



 

 

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