La comunicación como proceso de construcción de hegemonía

 

La comunicación como proceso de construcción de hegemonía.

Hace unos treinta años era corriente una visión estructural de las sociedades; es decir, no se prestaba tanta atención a la vida cotidiana, a la comunicación y la cultura popular, a las diferencias socioculturales, como ocurrió a partir de los años 80. Hacia los años 60 y los 70, donde se hablaba del papel de los medios de comunicación en la dominación: los medios eran manipuladores de las conciencias, eran vehículos de la ideología opresiva, eran los nuevos encargados de la invasión cultural, estaban al servicio de los intereses capitalistas e imperialistas.

La hegemonía local, donde los medios de comunicación juegan un papel fundamental en el proceso de producción y reproducción del orden social. A la inversa de la idea que define la determinación de lo nacional hacia lo local o regional, estos subniveles resultan un estructurante de la dinámica política general, siendo necesario dar cuenta de su particularidad y sus lógicas de composición. Desde el marco teórico de la teoría de la hegemonía de Gramsci y Laclau, nos interesan los conceptos de hegemonía como orden de articulación de relaciones de fuerzas entre grupos dominantes y subordinados y de la demanda como unidad de análisis para observar los procesos de representación y la dinámica política, respectivamente. En el proceso de articulación de demandas, los medios de comunicación ofrecen una vía para la visibilización de problemáticas culturales, hacia el Estado y entre diferentes sectores sociales, pero también intervienen en cómo se presentan o muestran a los grupos que conforman situaciones culturales y semióticas específicas. 

 Los medios de comunicación: reproductores del pensamiento hegemónico  dominante

 

 

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